sábado, 2 de mayo de 2009

¿Cómo hacer realidad la Educación Especial en las Aulas?

En la década pasada, la Reforma Educativa de 1994 trató de trabajar el tema: Educación Especial en Comunidad, y abrió el camino para la inserción de los alumnos con necesidades educativas especiales en las escuelas. Por otra parte, instituciones como CEREFE, CEBIAE, Fe y Alegría (Audiológico de Sucre), centros de salud y otras ONGs hacen el acompañamiento a casos especiales de escolarización; sin embargo, el Defensor del Pueblo durante los últimos años ha venido recibiendo quejas de padres de familia por la discriminación que sufren los niños con capacidades diferentes y que atenta contra su derecho a educarse.

La discriminación se refiere a que muchas escuelas se niegan a inscribir siquiera a estos niños; también, a la mala calidad de la educación que es sufrida con mayor fuerza por ellos, por ejemplo, cuando hay abandono del aula o del patio por parte de los adultos. Igualmente, a que los maestros de educación especial no reciben el mismo trato que en los centros de educación fiscal; o que los centros de educación especial no recibían libretas de calificaciones, lo cual perjudicaba, a la hora de insertarlos en escuelas regulares.

Ahora se habla de cambio, y por lo menos los alumnos especiales también recibirán el Bono Juancito Pinto y esta semana, aunque no tuvo repercusión en la prensa, el Ministro de Educación emitió una disposición legal para que la educación especial se integre a la educación del sistema regular. Lo cual, es un gran reto tanto para las autoridades de los gobiernos municipales que se ocupan de la infraestructura y equipamiento de las escuelas, para las direcciones distritales que deben implementar la disposición; como para l@s maestr@s de aula, que tienen que meditar bien y aprender por ejemplo el lenguaje de señas para los niños sordos: o el braille para los ciegos; y otras habilidades, según lo que les toque desarrollar.

Y las Juntas Escolares, ¿se pondrán del lado de los niños con necesidades diferentes?, esperemos que sí, es tiempo de cambiar nuestra sociedad, tan profundamente discriminadora.

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