miércoles, 20 de mayo de 2009

Bolivia ¿País rico o País pobre?

Felicitaciones a los profesores cuyos alumnos -sin excluir a ninguna fémina al usar el plural- salen de las escuelas diciendo a su madre, -que quiere hacerles botar algún papelillo que tienen en las manos- “mi profesora ha dicho que tenemos que cuidar el medio ambiente”. Pues sí, son muchos los profesores con la preocupación por el medio ambiente. Y en el mismo sentido, también se va escuchando que la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas era amigable con la naturaleza y en algunas clases, se trata de recuperar estos saberes; mientras que por otro lado, también hay una tendencia a explicar las causas de las catástrofes naturales como la sequía que se siente en el país, culpando sólo a los países industrializados.

En una época en que todavía no se hablaba mucho de la ecología, un autor boliviano predijo los fenómenos climáticos y sociales que estamos viviendo en esta época. Fue a lo esencial de la pobreza hablando del aspecto 'físico' del territorio boliviano, y habló de la necesidad de defender los recursos naturales renovables, sobre bases científicas y valores individuales y colectivos que busquen el beneficio de Bolivia a largo plazo, es decir que cuiden el futuro venturoso de nuestros propios descendientes.

Tan convencido estuvo Terrazas Urquidi de su planteamiento para evitar la destrucción de los recursos naturales, que dijo eran prioritarios incluso sobre los programas sociales de educación y salud (1), pero éso, no le impidió apuntar sobre la necesidad de hacer cambios en la educación y trabajar de manera responsable sobre algunos conceptos sobre lo que es Bolivia, porque seguramente estaba consciente de que si los cambios no se dan primero en la escuela, difícilmente podrán hacerlos realidad los agrónomos.

Pues bien, para los profesores y otros interesados en aquilatar la importancia y actualidad de sus propuestas, reproducimos textualmente algunas partes de su libro, que empieza por mostrarnos en la tapa una extraña foto cuya clave encontramos dentro del libro.

"Esta foto muestra la enorme cantidad de suelo perdido por este árbol debido a la erosión" (2)

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(1) TERRAZAS URQUIDI, Wagner, Bolivia país saqueado, Ed. Camarlinghi, La Paz, Impr. Quelco, Oruro, 1973, p. 171

(2) Id. p. 146

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Extractos de

TERRAZAS URQUIDI, Wagner, Bolivia país saqueado, Ed. Camarlinghi, La Paz, Impr. Quelco, Oruro, 1973

[...] en Bolivia carecemos de “cultura agrícola”, debido a nuestra educación alienante que nos ha divorciado permanentemente de los problemas agropecuarios. Este hecho, origina falta de conceptos claros respecto a este vasto campo, dando lugar a una serie de conceptos falsos naciods de la emoción y asociados lamentablemente con matices patrióticos, altamente perjudiciales con respecto a nuestros recursos naturales renovables, porque tales apreciaciones dan la sensación de que disponemos de enormes cantidades de esos bienes, por lo cual no debemos tener cuidado en destruirlos.

Dada la necesidad de actuar con seriedad en el futuro, existe la obligación de promover cambios mentales, tendentes a erradicar esos conceptos. Concordando con esa necesidad [...] además de realizar cambios en las personas adultas, debe desarrollarse la misma labor entre los estudiantes urbanos y rurales. A propósito de estos programas, se hace conocer que muchos países han establecido acciones similares desde hacen muchos años atrás.

Un otro campo en el cual se requiere desarrollar una campaña severa y sostenida en defensa de nuestros recursos renovables, comprende al de los conductores de la opinión pública, es decir el periodismo, la radio y la televisión. Tratando siempre de ser constructivo en la misión que me he impuesto, debo calificar la acción de los encargados de estos órganos de difusión, como de ignorante, simplista y como es lógico suponer, llenos de buena fe y sentimentalismo. De una vez, debiera quedar claro que los recursos naturales no se evalúan con el corazón, sino con los métodos creados para ese fin y lo contrario equivale a seguir engañando al país. Para no ser pesados en este análisis, les pido que dejen a un lado conceptos como “tierras feraces” y otros similares, porque si se informaran bien la “Zona del Hambre” en el Brasil también tuvo sueños parecidos a los calificados de feraces en Bolivia. Como se ve, la verdad sobre nuestros recursos naturales renovables, evitará su mal uso.

Justificando la necesidad de poner en práctica estas medidas, voy a referirme a una comparación muy utilizada que se hace del país y sus habitantes con el “mendigo sentado sobre la silla de oro”, simbolizando en este mueble a los recursos naturales tanto renovables como no renovables. Esta semejanza es completamente rebatible, si observamos que las minas han venido explotándose por muchos años, al extremo de que varias de ellas ya se hallan agotadas y porque los recursos renovables en encuentran deteriorados; con lo cual, la silla de marras deja de ser íntegra o por lo menos no de aquel preciado metal. Esta observación, nos permite concluir que el concepto de recursos naturales es relativo, ya que depende [de] la capacidad y habilidad de la población para utilizarlos eficientemente o destruirlos, especialmente tratándose del grupo de aquellos renovables. La otra conclusión a la que se llega, desde luego también comprobada, es que muchos países considerados como ricos en esta clase de recursos, no lo son, mientras no sepan cuidar de esta valiosa herencia. (pp. 163-165)

[...]

Desde el punto de vista social, la destrucción de estos recursos significa pérdida de alimentos, ingresos económicos y campos de ocupación. Esta situación, provoca dos fenómenos dignos de ser subrayados: el primero, que la mayor parte de los productores obtienen ingresos económicos reducidos, caracterizando a esa población como marginal; y el segundo, que se producen alimentos caros para un pueblo pobre. De ambos hechos, se desprende que la desnutrición conspira contra la necesidad de formar los “recursos humanos eficientes para el desarrollo”. Esta conclusión, obliga a admitir que la conservación de los recursos naturales renovables adquiere máxima prioridad, aún comparándola con programas de promoción social tan importantes como la salud pública y la educación. (p. 171)

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