sábado, 8 de agosto de 2009

¿Clausura del año escolar?

Había mucha expectativa para el año escolar 2009, sobre todo con algunos signos positivos de parte de los gobiernos municipales para atender las necesidades de las escuelas fiscales. En efecto, son pocas las escuelas que demandan refacción, las más, quieren ampliaciones de acuerdo al crecimiento de la población y como se ha visto en nota precedente, los munícipes empiezan a atender los procesos pedagógicos; pero viene una gripe y amenaza con su clausura repentina en Santa Cruz de la Sierra.

Entonces, hay que ponerse a analizar fríamente a favor y en contra de tal medida y sacar una conclusión.

Los argumentos a favor de la clausura son: Hay que impedir la propagación del virus “A” entre los alumnos y la población en general, cerrando los lugares donde la gente está concentrada. Es necesario retardar el contagio por el virus para ahorrar en gastos por insumos hospitalarios caros y personal extra. La gripe causa ausentismo laboral y por supuesto escolar, y ya que los alumnos estaban siendo “filtrados” o “en cuarentena” y no se avanzaba gran cosa en las clases, da lo mismo que el año escolar se clausure del todo. Y finalmente, los padres de familia que lo deseen podrán dar clases particulares a sus hijos.

Por el contrario, el principal argumento de los que estamos contra la clausura es el que la educación debe ser sistemática y no estar supeditada a situaciones exógenas; junto a los aprendizajes que la escuela ofrece, también están valores como la constancia, la disciplina, la perseverancia; el desarrollo de capacidades -como la de idear soluciones a los problemas con bases científicas-, en prácticas colaborativas. Todo ello da solamente la escuela. Es cierto que la gripe tiene asustadas a las autoridades por los 12 muertos que ya ha dejado, pero la gripe común (IRAs, Infecciones Respiratorias Agudas) y las enfermedades de la pobreza matan más a los niños y en Bolivia nadie se alarma. Tampoco hay servicios sociales, y menos voluntariado, en los municipios para vigilar que los escolares tengan una vida medianamente sana en cuanto al sueño, la hidratación apropiada y lo necesario para afrontar el ataque de una gripe; ni siquiera buenos servicios de recolección de basura y limpieza. Pero no se trata de echar todo el trabajo a los gobiernos municipales, la población también podría cambiar sus costumbres y ayudar, para lo cual hace falta más que nunca EDUCACIÓN o ¿será que no se enteraron que los niños son los mejores educadores de los adultos?

En la balanza: clausura sí, clausura NO, pesa más el trabajar para acoger en las escuelas con más cariño todavía a los niños de los barrios o comunidades pobres, donde es seguro que H1N1 anda suelto y no exponer a los alumnos a males peores que los efectos de unos virus.


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